CONTADOR

lunes, 25 de enero de 2010

VUELVEN LOS NEGROS REDONDOS...! Y no es un comentario despectivo... GRACIAS JOSE BENINTENDI

La revancha del vinilo

En épocas de MP3 y disquerías virtuales, el formato se recicla como una alternativa que brilla por estética y por calidad sonora

Los melómanos están que trinan. ¿Un álbum comprimido a una mínima expresión de datos informáticos? ¡Por Tutatis y Fun People! "El vinilo suena mejor y llevan veintipico de años engañándonos acerca de la calidad del CD." Las palabras de Elvis Costello describen con arrebatada precisión el humor reinante por estos días entre los grandes coleccionistas y amantes de la cultura rock. Hombres y mujeres que ven cómo se desvanecen unos cuantos íconos de su adolescencia frente a sus ojos: los discos de vinilo, las disquerías con bateas y pósters en las paredes, el arte gráfico ligado a la música, el sonido "grave" del tocadiscos e incluso los álbumes conceptuales.
"No se trata de nostalgia -argumenta Costello, un cínico rockero de 53 años nacido en la misma Liverpool, donde se gestó la beatlemanía cuando todo era nada, y nada era el principio-. Las reediciones en CD de los discos originales analógicos fueron una desgracia, al igual que ahora lo es la aceptación del MP3 como un estándar de sonido." Consecuente, lanzó su nuevo álbum en formato vinilo, que incluye un cupón con un código para acceder a la versión digital si así se lo desea, y escribió el hasta aquí último capítulo de un resurgimiento al que músicos y fans adscriben sin contraindicaciones.
La consultora Nielsen SoundScan registró en 2007 un millón de long play vendidos en los Estados Unidos y concluyó que la tendencia podría elevar la cifra a 1,6 millones de álbumes de vinilo en este año (al duplicar a la de 2006); al mismo tiempo, los balances de las disquerías especializadas, las cuevas del Primer Mundo, comenzaron a mostrar una tendencia con más vinilos vendidos que CD, lo que llevó a la otra cuna del rock, Gran Bretaña, elevar un 13 por ciento las ventas de LP en un año.
Las obras de las bandas que figuran al frente de industria discográfica, Radiohead, Portishead, Nine Inch Nails y The Raconteurs, entre otros, les dedicaron especial atención a sus ediciones en vinilo y colaboraron con la revalorización de los casi olvidados tocadiscos que, ahora, también se fabrican con entrada USB y conexión iPod para adictos al MP3.
Lo que la escena alternativa del rock y los DJ se encargaron de preservar en los duros años 90, a través de cientos de sellos independientes y artistas de culto que siguieron editando en vinilo, incluso como postura estética, el mainstream lo intenta recuperar en su propio beneficio. Y en el de los melómanos, por supuesto.
Simultáneamente a este fenómeno, dos mes atrás se celebró en los Estados Unidos e Inglaterra el Día de la Disquería, en defensa de la función social y cultural de esos entrañables locales repletos de vinilos, con el activo apoyo de figuras como Paul McCartney, Bruce Springsteen, Damon Albarn, Nick Hornby y Cameron Crowe. "Sí, sí, ya sé. Es más fácil bajar música y probablemente más barato. Pero, ¿qué se escucha en tu tienda de descargas favorita cuando vas a visitarla? Nada, eso se escucha. ¿A quién vas a conocer ahí? A nadie. ¿Dónde están los pizarrones que ofrecen carteles para compartir departamentos y puestos en bandas destinadas al estrellato? ¿Quién te va a decir que dejes de escuchar eso y empieces a escuchar esto otro? Okey, ahórrense algunos mangos. El ahorro les costará una carrera, un grupo de amigos copados, gusto musical y, eventualmente, el alma. Las disquerías no te van a salvar la vida, pero te pueden ofrecer una mejor", dijo con su habitual retórica Horny, el escritor inglés responsable de la novela Alta fidelidad (1995), algo así como la primera oda a las disquerías independientes y al vinilo en tiempos de CD al palo, y que tuvo su versión cinematográfica, protagonizada por John Cusack.
Recuperar terreno
El convulsionado panorama actual de la industria discográfica, que en buena medida permite que el vinilo recupere terreno perdido, se rige por variables poco científicas como el fin de la era del disco compacto, el terror instaurado por la piratería (esta semana, un estudio británico concluyó que el 96 por ciento de jóvenes entre 14 y 24 años copia música ilegalmente) y la música compartida a través de Internet entendida como hábito generacional.
En este pantanoso terreno, no son pocos los que piensan en el vinilo como la solución a algunos de los problemas planteados y las mismas discográficas, que habían abandonado el formato en cuanto se masificó el CD, han vuelto a poner su "aguda" mirada comercial en los LP. Cada vez son más los sellos major que se animan a relanzar clásicos del rock en este formato (el año pasado los Sex Pistols celebraron los 30 años de Never Mind The Bollocks con una edición deluxe a través de Virgin Records y este año Universal Music reeditó en riguroso plástico negro los tres primeros discos de U2 y en julio hará lo propio con Kill Em All , de Metallica), y directivos discográficos sostienen que el fetichismo que gira en torno al álbum como objeto podría ser un aliado significante contra la piratería.
Aquí también
En la Argentina, hace tiempo ya que no existen fábricas de vinilo, pero el regreso del formato se puede ver, y escuchar, de varias maneras. Mientras un programa de televisión como Capusotto y sus videos (lunes, a las 23, por Canal 7) le rinde tributo con escenografías kitsch que incluyen LP y tocadiscos a diestra y siniestra, otra emisión del mismo canal, dedicada a contar cómo se grabaron los clásicos del rock nacional, recoge el guante desde su nombre: Elepé (miércoles, a las 23).
Los vinilos van y vienen, y aparecen tanto en la portada del nuevo simple de Emmanuel Horvilleur ("Tu hermana") como en las coquetas vidrieras de los locales más cool de Palermo; mientras que las cuevas de discos porteñas no desaprovechan el furor por el formato y llenan sus bateas con viejos tesoros del rock de acá. Un ejemplar de Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll puede llegar a valer $ 120; uno del primer álbum de Almedra, $ 90, y cualquiera de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, entre $ 60 y 130, según su estado de conservación.
Por suerte, no todo es nostalgia para los fanáticos vernáculos del vinilo. Así como el grupo Fun People comandado por Nekro en los años 90 solía editar simples y discos en el formato (fabricados en Brasil), en la escena actual existe un rara avis como Los Natas que se enorgullecen por haber editado toda su pesada discografía también en vinilo.
"Nos encantan los vinilos, cómo suenan, cómo lucen, el peso del disco, el olor del plástico, es toda una experiencia que sólo le da mayor marco e importancia a la hora de escuchar la música", dice sin vueltas Sergio Chotsourian, guitarrista y cantante del trío. "Además, el vinilo suena más grueso, grande y ambiental, más parecido al sonido real."
-¿Es difícil editar en vinilo para los músicos argentinos?
-Y sí. Es muy difícil porque acá no hay máquinas duplicadoras y lo más cercano es Brasil. Si no, hay que llegar por medio de algún sello a las fábricas actuales que sólo quedan en Rusia y en la República Checa. Ahí están mandando a fabricar también desde los Estados Unidos y Europa las ediciones en vinilo actuales. La verdad, estoy agradecido por haber editado todos nuestros discos en vinilo. Es algo que va a quedar para los hijos. Bah...
1.600.000 discos de vinilo se calcula que se venderán en 2008 en los Estados Unidos, al duplicar la cifra de dos años atrás
220.000 títulos tiene el catálogo de vinilos de la flamante sección de LP de la tienda online Amazon.com
20 dólares es el precio de venta del nuevo álbum de Elvis Costello, Momofuku, editado el mes pasado en vinilo y que incluye un código para bajar gratis su versión digital
300 pesos cuesta un ejemplar de vinilo del segundo álbum de Pescado Rabioso, bautizado 2, en 1973, en las disquerías de la calle Corrientes (la reedición en CD cuesta $ 23)
450 dólares es el precio aproximado de las novedosas bandejas tocadiscos con entrada USB que permiten pasar los vinilos a formato digital
Por Sebastián Ramos
De la Redacción de LA NACION

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